sábado, 2 de julio de 2011

El gen corrupto que habita al sur de los Pirineos

Tengo que admitir que los resultados de las pasadas elecciones, aun siendo previsibles, han provocado en mí una aguda desazón. Y esto, puedo asegurarlo, no es debido a razones ideológicas de ninguna clase.

Estas elecciones eran para mí, dadas las circunstancias y los factores excepcionales en ellas presentes, una oportunidad para evaluar el nivel de madurez cívica y de sensibilidad (léase educación) social de los ciudadanos de este (¿pobre?) país.

En contra de lo que cree la mayoría, considero que los perdedores no han sido los políticos, ni los afiliados o simpatizantes del PSOE, como tampoco son ganadores (a diferencia de lo que cree la mayoría) los políticos y afines al PP. Que el PSOE iba a sufrir un descalabro electoral era previsible, pues el Gobierno de España se ha convertido (por méritos propios y ajenos) en digna diana hacia donde proyectar el malestar y la frustración personal (sentimiento que ha estado maravillosamente canalizado por los políticos y el personal ideológicamente próximo a los partidos de la oposición, quienes han disfrutado de una mayor presencia en los medios de comunicación.

Como consecuencia de la crisis económica –que no de valores ya que ésta viene de más lejos- los políticos (sobretodo los del PP) han articulado un discurso no exento de contradicciones, que ha logrado inculcar en el subconsciente colectivo la convicción de que los males y las frustraciones personales son el resultado de la actuación de unos pésimos gobernantes. No es necesario ser un lince intelectual para detectar e identificar dónde residen las contradicciones y los comportamientos llenos de cinismos de nuestros políticos y demás miembros de las élites económicas del país. Muy diferentes habrían sido los resultados si los ciudadanos hubiéramos sido capaces de identificar estos “atributos” de nuestras clases dirigentes, … ¿o sí lo somos?.

Por sencillo que parezca, ese repetitivo discurso argumental basado en la culpabilidad de los gobernantes y el subsiguiente convencimiento del electorado nacional de que, efectivamente, así es, se presta a evaluar el nivel de madurez y la capacidad para analizar de forma crítica las auténticas causas de la crisis que a todos nos toca sufrir.

Aun reconociendo el buen hacer de ciertos políticos del PP, sería excesivamente simplista atribuir el resultado de las elecciones al buen hacer de estos políticos, y por extensión, al resto de integrantes de esta formación política, yaque existen sobrados ejemplos de todo lo contrario. Por tal motivo, los factores que pueden explicar, al menos en parte, los resultados de estas elecciones en territorios no independentistas (y esta es otra cuestión) residen, no en el buen hacer de aquellos en las comunidades y municipios en que gobiernan, sino en el nivel de madurez y de educación cívica de los ciudadanos.

En relación a la sensibilidad o conciencia social (aspecto que puede observarse en la medida que los ciudadanos no pongan en práctica conductas marcadamente individualistas, con un menosprecio manifiesto hacia los bienes de propiedad o disfrute colectivo) calificaría a la sociedad española (siguiendo la antigua nomenclatura docente de muy deficiente.

¿Cómo se explica, pues, que individuos que utilizan el dinero de todos para financiar dispendios de uso y disfrute individual, o que aprovechen su posición para obtener beneficios y tratos de favor sigan obteniendo la aprobación y el respaldo de la gente?.
La primera explicación a esta pregunta es obvia: demuestra que la corrupción o la utilización del poder en beneficio propio, no sólo es tolerado sino que se ha institucionalizado. Digamos que la más sencilla de las conductas corruptas -como es la utilización no mercantilista del poder- es un comportamiento consustancial a la clase política española y, por extensión, a las élites económicas. En paises del norte de Europa, aun existiendo este tipo de comportamientos, nadie se vanagloria (y menos ante personas no incluidas dentro del círculo íntimo) de haber recibido o solicitado un trato de favor, o simplemente, haber defraudado a la Hacienda Pública. Aquí nadie siente el menor rubor o indignación cuando alguien manifiesta públicamente este tipo de comportamiento. Yo lo llamaría “coge el dinero pero no hace falta que salgas corriendo”. Como son obvios y abundan por doquier, no voy a ilustrar esta afirmación mediante ejemplos, sería como retirar la arena de la playa utilizando una cuchara.

La segunda explicación a la anterior pregunta, en mi opinión y más dolorosa, es la constatación (en términos generales, ¡claro!) de la predisposición de los habitantes al sur de los Pirineos a poner en funcionamiento conductas corruptas. ¿Es posible que tengamos el alma corrupta y no seamos conscientes de ello y para suavizar o desplazar el sentimiento de culpabilidad consideremos que son los políticos, los banqueros, los empresarios y en general, los demás los que son realmente corruptos?. ¿Tan generalizada es nuestra predisposición a la corrupción y el engaño que el que lo manifiesten los políticos no nos perturba y hace que sigamos aceptando el uso del poder en beneficio propio por parte de quienes lo ejercen?.

sábado, 28 de mayo de 2011

Política 3.O o como se quiera

Pensaba que iban a ser unas elecciones (las últimas claro) anodinas, más que previsibles, con los mismos discursos, las mismas caras, en fin, más de lo mismo. Sinceramente no he leido ningún programa electoral, ni he prestado atención a ningún debate político.

Pero tengo que reconocer que estas elecciones han sido diferentes y ¡vaya! han conseguido sorprenderme y, en cierto modo, implicarme. La sorpresa no ha sido debida a los propios resultados electorales (con escuchar a mi vecino del primero podría haber hecho un pronóstico electoral cercano al 100% de efectividad) sino a la movilización horizontal (no propuesta por ningún lider)y resuelta en asentamientos en las principales ciudades españolas (la llamada spanishrevolution por parte de la prensa extranjera).

Podría hacer una larga reflexión sobre el movimiento, en su lugar voy a reflejar unos comentarios realizados por escritores y analistas que en mi opinión, reflejan (en su mayoría) una visión esperanzadora y fresca de lo que supone este tipo de movimiento, que no es otra cosa que una adaptación-modificación a una sociedad del bienestar (caracterizada por tener a su alcance la disponibilidad de tiempo para dedicarlo al ocio y gran cantidad de alternativas, y ello sazonado con una ideología marcadamente consumista) del movimiento surgido en algunos paises árabes y por todos conocido.

Juan Freire, escribio en el espacio público.
"La gente quiere hacer lo mismo que hacen los grupos de poder que determinan las políticas de gobierno mucho más que los votos: quieren opinar, proponer, debatir … influir. Y, al contrario de la práctica habitual de políticos y lobbies, quieren hacerlo de forma transparente y abierta. Este deseo une a la gente que estos días sale a la calle, no una ideología".

Agapito Maestre hizo el siguiente comentario:
"Lo decisivo de esta protesta, con todas sus contradicciones y manipulaciones, sigue en pie: los españoles no somos borregos, la casta política tiene una gran parte de culpa de todos nuestros problemas y, por supuesto, es menester que el espacio público-político no sea devorado por la clase política. Son necesarias reformas importantes en el sistema político. O hay regeneración democrática o esto muere."

Elvira Huelves en Cuarto Poder escribe “me uno de corazón y mente a esta generación espléndida de españoles que están hablando a favor de mejorar nuestro pobre país maltratado desde tiempos inmemoriales, y lo que es más, de sacudir la democracia -adormecida en favor de los depredadores – para que resurja renovada, fresca. Hasta la próxima vez, ya que de eso se trata. Convencimiento“.

El editor de vidasenred.com se muestra doblemente indignado, por lo que pasa y por lo que han contado,
“Estoy muy indignado, en primer lugar con los medios, salvo honrosos casos, ellos han querido desvirtuar el #15M disfrazándolo de movimiento anti globalización de radicales de izquierdas. Los que lo creyeron son los responsables. Indignado con la derecha que ha tildado de antidemocrática la rebelión cívica y pacífica, mintiendo de forma grosera al decir que pedían la abstención. Más culpables son los que se lo creyeron, debería leer un poco lo que Democracia real ya explicó en su momento. Indignado con la izquierda, maestros de la propaganda, quienes quisieron apoderarse de las protestas, ignorando que iban dirigidas principalmente contra ellos y su pésima gestión de la crisis. Para colmo han tenido el valor de culpar de la crisis a todos lados menos a su gestión de la misma”.

Ramón Lobo que escribía el día de reflexión:
"Vengo de la Puerta del Sol, a 200 metros de mi casa. Llego empapado de dignidad colectiva, de pertenencia, de ser parte de algo que podría llegar a ser grande. Es lo más importante que vivo desde los años de la Transición. Nunca pisé la plaza un 31 de diciembre, jamás me atraganté de uvas a pie de campanada en medio de una marabunta. Odio las marabuntas. Esta noche ha sido diferente, esta noche ha merecido la pena estar, participar, compartir, ser engullido, marabunteado."

Enrique Dans escribía el 27 de mayo
"No me sentía representado por los acampados que quedaban en las plazas españolas. Hace días que dejé de pasarme por Sol. No me gustaban las asambleas que pretendían ingenuamente arreglar el mundo. Las señales extravagantes que desvirtuaban el movimiento y sus peticiones iniciales llenándolo de meditaciones trascendentales, cuencos tibetanos, comisiones del amor y Om planetarios. Me parecía que estaban dando una imagen inadecuada, perjudicando claramente la consecución de los fines inicialmente buscados, y ahuyentando a muchos ciudadanos que no se veían cómodos en medio de semejante parafernalia. Me habría parecido muchísimo más sensato optar por concentraciones masivas todos los días a una hora determinada para mantener el pulso informativo, sin acampar ni generar problemas de orden público"

No voy a analizar los anteriores comentarios, sólo pretendo poner de manifiesto lo que piensan algunas personas sobre este acontecimiento. Si que os diré que la política _que no los políticos_ va a cambiar (esta afirmación ni es objetiva ni esta razonada: es una respuesta claramente emocional). Posiblemente no tanto como a mí me gustaría, pero va a cambiar.

Realmente soy muy escéptico en cuanto a los sistemas políticos futuros y la forma de gestionarse los propios partidos, porque los políticos del futuro (las personas) llevarán el mismo "traje" con el mismo tipo de "motivaciones", y por lo tanto, va a ser muy difícil que las cosas sean diferentes a como son hoy día.

Aquí os dejo(sólo he realizado la extracción de las ideas básicas) una síntésis comparativa de las características del sistema político actual y futuro (espero):

MODELO DE PARTIDO ACTUAL
- la autoridad se basa en el poder
- incapaz de seleccionar a los mejores
- basado en agrupaciones territoriales
- el partido como maquinaria electoral
- estructura rígida, basada en la jerarquía

MODELO FUTURO
- autoridad basada en el conocimiento
- liderazgo cohesionador y transparente
- basado en comunidades activistas. El activismo como elemento de cohesión
- conocimiento compartido
- reconocimiento de la autoridad, no la jerarquía
- mejor las causas que los dogmas

miércoles, 16 de marzo de 2011

¿A quién gobiernan los gobernantes?

Reconozco que es muy difícil para un gobernante compatibilizar la exigencia de informar a los ciudadanos sobre cualquier cuestión -por circunstancial que sea- que les preocupe, con el principio de prudencia. Si a este equilibrio informativo le sumamos el principio moral que todo buen ciudadano debe seguir y máxime si se trata de un político o alguien con influencia mediática: no mentir (más sutilmente diría ser objetivo), nos encontramos no con una exigencia, sino con un valor, algo a lo que hay que aspirar, o suspirar (según se mire), en la clase política. Mires por donde mires, con mayor o menor sutileza aparece ese concepto japonés de tratar la información por parte de la población japonesa "el tatemae", (pensamientos que se expresan en público y que no deben ofender a los demás). Existe un "tatamae versión española" que lo describiría como "me importa un pimiento que ofenda a alguien lo que digo, porque yo solo digo la verdad". Esta frase puede extenderse a todos los ámbitos de la vida española, pero es patético que nuestra clase política la utilice como quién pide un pañuelo para quitarse las mucosidades de sus fosas nasales delante de un pato de lentejas y lo perciba como algo completamente natural y humano.
Lo peor es que nos estamos acostumbrando a estas conductas hasta tal punto que, en el caso de caer el moco en nuestro propio plato de lentejas, porque el susodicho mocoso no puede taparse toda la nariz, lo enfocamos como una consecuencia colateral e invitable del señor al que se le caen los mocos, y nada se puede hacer.
¿Y qué decir cuando una de sus ventosidades llega a nuestros receptores sensoriales encargados de identificar los diferentes olores?. Lo seguimos enfocando como algo natural, espontáneo, incluso "humano".
Lo triste es que adoptamos la misma actitud ante las continuas muestras de caciquismo, amiguismo, favoritismo, ... a que nos tienen sometidos nuestros queridísimos políticos. Lo enfocamos como algo natural, humano. Como en el futbol "la política es así".
¿Ya está?, ¿no hay nada que hacer?, ¿tenemos que seguir comiendo sus mocos y oliendo sus ventosidades?. Me niego. Yo prefiero pan con tomate
¡ Voto nulo¡

sábado, 12 de marzo de 2011

Un conflicto de intereses:

En un artículo publicado por Paul Kennedy el 24/02/2011 incide en un factor clave para el futuro de la civilización que conocemos: la avaricia. Ya no sólo se trata del agotamiento y aniquilación de todo lo que sustenta la vida en el planeta, que sigue siendo un hecho incuestionable, sino de la de las características propias de la condición humana: la codicia. En este caso se trata de una codicia global, cuyas consecuencias serán devastadoras y muy lejanas a los discursos de índole solidaria o de progreso social y económico, que diariamente profieren los prohombres que nos gobiernan o que dirigen las grandes corporaciones empresariales.
El mundo está alcanzando límites globales en el uso de los recursos. Estamos sintiendo los golpes cada día en forma de inundaciones, sequías, terremotos y tormentas catastróficas y en el consiguiente aumento de los precios en el mercado. Nuestro destino depende ahora de si cooperamos o somos víctimas de una codicia autodestructiva.
Los límites a la economía mundial son nuevos y se derivan del tamaño sin precedentes de la población mundial y la expansión nunca antes vista del crecimiento económico en casi todo el planeta. Actualmente 7.000 millones de personas habitan la Tierra, en comparación con solo 3.000 millones hace medio siglo. Hoy en día, el promedio de ingreso per cápita es de 10.000 dólares; pero en el mundo desarrollado es de alrededor de 40.000 dólares y de unos 4.000 dólares en los países en desarrollo. Eso significa que la economía mundial está produciendo alrededor de 70 billones de dólares por año, en comparación con alrededor de 10 billones de dólares en 1960.
Sin embargo, hay otra cara de la historia de crecimiento global que debemos entender con claridad. La economía mundial crece a un 4,5% por año y, a ese ritmo, se encamina a duplicar su tamaño en menos de 20 años. La economía mundial actual de 70 billones de dólares llegará a los 140 billones de dólares antes de 2030 y a los 280 billones de dólares antes de 2050 si extrapolamos a partir de la tasa de crecimiento actual.
Nuestro planeta no podrá sustentar físicamente este crecimiento económico exponencial si dejamos que la codicia tome la delantera. Incluso hoy, el peso de la economía mundial ya está aplastando la naturaleza, agotando rápidamente los suministros de recursos energéticos de combustibles fósiles creados hace millones de años, mientras que el cambio climático resultante ha conducido a una gran inestabilidad en función de precipitaciones, temperatura y tormentas extremas.
Hay algo más, muy peligroso y que no se advierte con facilidad. En muchas áreas populosas del mundo, incluidas las regiones productoras de cereales del norte de India, del norte de China y del Medio Oeste estadounidense, los agricultores están recurriendo a aguas subterráneas para el riego de sus cultivos. Los grandes acuíferos que abastecen de agua para el riego se están agotando. En algunos lugares de India, el nivel freático ha descendido varios metros al año en los últimos años. Algunos pozos profundos se están acercando al punto de agotamiento y se prevé un aumento de la salinidad a medida que el agua del océano se infiltre en el acuífero. En España esto lo sabemos muy bien desde hace muchos años, y todavía no existe un plan nacional que corrija los desequilibrios hídricos y al mismo tiempo suponga un desarrollo sostenible
El desastre es inevitable, a menos que cambiemos. Y aquí es donde Gandhi entra en juego. Si nuestras sociedades se rigen por el principio de la avaricia, con los ricos haciendo todo lo posible para enriquecerse aún más, la creciente crisis de recursos producirá una brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, y muy posiblemente a una lucha cada vez más violenta por la supervivencia.
Los ricos intentarán utilizar su poder para obtener más tierras, agua y energía para sí mismos, y muchos de ellos apoyarán medios violentos para hacerlo, si es necesario. Estados Unidos ya ha seguido una estrategia de militarización en Oriente Próximo con la ingenua esperanza de que este enfoque pueda garantizar un abastecimiento seguro de energía. Ahora se intensifica la competencia por los suministros, a medida que China, India y otros países compiten por los mismos recursos que, además, se están agotando. China, Corea del sur, Rusia, Arabia Saudí y otros, han entrado en una carrera de adquisiciones de tierras productivas en diversas partes del mundo (África fundamentalmente, donde políticos poderosos venden a inversionistas extranjeros grandes extensiones de tierras de cultivo, dejando de lado los derechos tradicionales de tierras de los pequeños agricultores pobres. Los inversionistas extranjeros esperan utilizar grandes explotaciones mecanizadas para generar productos destinados a la exportación, dejando poco o nada para las poblaciones locales) con el objetivo de garantizarse el abastecimiento de productos básicos. Ésta es una práctica que ya iniciaron los americanos en Sudamérica y no ha supuesto un avance significativo en el bienestar de la población local de las diferentes regiones
En los países de mayor peso -Estados Unidos, Reino Unido, China, India y otros- los ricos han disfrutado de cada vez más altos ingresos y un creciente poder político. La economía de Estados Unidos es rehén de los multimillonarios, la industria petrolera y otros sectores clave. Las mismas tendencias amenazan a las economías emergentes, donde la riqueza y la corrupción van en aumento.
La sensación de que la impunidad domina es inevitable en nuestras sociedades, y eso las lleva, gradual pero indefectiblemente, a tener una cada vez mayor tolerancia hacia ella. El individuo aislado percibe que no le compete intervenir ni poner remedio, cuando ni siquiera lo hacen los jueces. Dejar pasar un delito más del que tengan conocimiento o hayan sido objeto, un crimen aislado de la vida civil, no tiene mayor importancia ni cambia nada en esencia, ante la superabundancia de los crímenes públicos, económicos y políticos, que quedan y quedarán siempre impunes. Se trata de una de las más grandes desmoralizaciones de nuestro tiempo. Esta actitud de resignación ante lo inevitable se está haciendo evidente en cualquier rincón del planeta, forma parte del subconsciente colectivo planetario
Si la codicia prevalece, el motor del crecimiento económico agotará nuestros recursos, marginará a los pobres y nos llevará a una profunda crisis social, política y económica. La alternativa es un camino de cooperación política y social, a escala nacional e internacional. Todo el mundo conoce la teoría pero yo no veo acción alguna por parte de los dirigentes políticos en esta dirección

jueves, 3 de marzo de 2011

La vida misma: simple y desgarrador

Hoy no voy a comentar tema alguno relacionado con aspectos o incidencias que nos afectan a todos, cosa habitual en este blog. Transcribo un artículo publicado en el País Semanal del domingo 27_2_11 y firmado por Almudena Grandes. Podría encuadrarse dentro del mundo de "vidas anónimas", o ser calificado como "sucesos ignorados y cotidianos" o simplemente "cosas que pasan" (claro, a los demás). Sencillamente me parece un artículo desgarrador y cruel como la vida misma. Sencillamente un recordatorio, de que en esta sociedad de alegría, superficialidad y apariencia, el sufrimiento y el drama humano, es la moneda de curso legal por excelencia,lo ha sido y lo seguirá siendo.

En un mundo de vértigo, donde todo sucede a una velocidad de vértigo, donde las noticias o los sucesos vienen enlatados en lotes de 30 segundos y la información infinita que nos envuelve y persigue, hace que vivamos anestesiados en nuestro propio universo de intereses y miserias, ajenos a todo cuanto sucede al otro lado del círculo cuyo radio viene definido por nuestros intereses y nivel de conciencia.

"Ella, hasta el final ALMUDENA GRANDES 27/02/2011
Cuando les dieron la noticia, llevaban veinte años viviendo juntos, y apenas sobrepasaban los cuarenta. Eran novios desde el primer curso de la carrera, aunque no se parecían nada entre sí. Ella era extravertida, ingeniosa y tenía cara de niña traviesa. Él era más reservado, más tímido, hablaba menos y tenía cara de chico serio. Quizá por eso tenían todas las papeletas para ser felices durante una vida larga y fecunda. Durante más de una década, la ausencia de los hijos que deseaban comprometió ese destino, pero cuando su reloj biológico estaba a punto de dar el primer aviso, ella se quedó embarazada por sorpresa, y tuvo un niño guapo, sano, que se llamó como su padre y prometió desde el primer momento ser tan gamberro como su madre. Creían que ya no les faltaba nada, pero poco después de que su hijo cumpliera tres años resultó que ya no eran tres, sino cuatro.
Era atroz, era injusto, era cruel, feroz y maligno. Era un cáncer de páncreas. No podía ser, en ella no, si hubiera Dios, si hubiera justicia, si hubiera lógica, y orden, y compasión en el universo, nunca habría sucedido, a ella no, en ella nunca. Pero era el peor, era de páncreas. Le dieron tres, cuatro meses de vida, a ella, que era la vida misma, que la rebosaba, que la desprendía, que la creaba todos los días, que estaba tan llena de cosas, de amigos, de trabajo, de proyectos, de amor por él, por el niño, por sus amigos, por esa vida que iba a ser larga y fecunda, ni más ni menos que la vida que ella se merecía. Él la miraba y no se lo creía, ella no, por favor, ella no, por Dios, por la justicia, por la lógica, por el universo, ella no, ella no... El laboratorio, las pruebas, las cifras que arrojaban, no quisieron escucharle.
Porque la había escogido a ella, y era el peor. No había mucho margen para tratamientos, pero los apuraron todos y aguantó como una jabata. Luchó con todas sus fuerzas por quedarse, y después ya sólo por estar, un día, otro día, y otro más, despierta, hablando, sonriendo, dándole ánimos, como si no supiera que con ella él perdería la mitad de su vida. Entonces fue cuando decidieron hacer lo único que no habían hecho juntos todavía.
Él fue al juzgado, rellenó los papeles, explicó su caso, digirió el silencio que precedió a las respuestas, y se dio cuenta de que le dirigían miradas un poco raras, pero le dio igual. Lo habían decidido y lo iban a hacer, porque además a ella le apetecía, le hacía ilusión, y él sabía que mientras durara el papeleo se quedaría, que viviría para levantarse de la cama, para ponerse un vestido, para sentarse en una silla, para pintarse los labios y sostener un ramo entre las manos.
Aquel día estaba ya muy mal, pero cuando el juez entró en la habitación le miró, sonrió, volvió a ser ella. Aún lo sería mucho más mientras aquel desconocido, tan conmovido como inquieto por el papel que iba a representar, buscaba la manera más delicada, más indolora, de cerciorarse de la validez legal de la ceremonia que iba a tener lugar.
-Verás, María José... Hoy estamos aquí para hacer una cosa importante, pero sobre todo muy bonita, porque ahora te vas a casar, lo sabes, ¿verdad? -ella asintió con la cabeza-. Muy bien, ¿y sabes con quién te vas a casar?
Ella se echó a reír.
-¡Toma! -dijo luego-. Aquí hay tres hombres, usted es el juez, ese señor de ahí es mi padre, así que... Digo yo que me casaré con mi novio de toda la vida, que es este que tengo aquí al lado.
El juez también se rió, asintió con la cabeza y no dijo nada más antes de empezar a leer en voz alta los artículos pertinentes del Código Civil. El único que no estuvo atento a su lectura fue el novio, que después de escucharla, tan fuerte, tan lista, tan graciosa y tan descarada, tan ella siempre y hasta el final, se enamoró otra vez de su mujer, y se estremeció al pensar que tal vez ni siquiera sería la última, que tal vez su amor no la sobreviviría como un simple recuerdo, que sería capaz de brotar, de crecer y de apagarse para nacer otra vez, al otro lado de la muerte. En ese momento comprendió la exacta medida de su desolación y al mismo tiempo el orgullo de haber podido amar durante veinte años a una mujer así, capaz de ser ella, y no una desahuciada, ella, y no una moribunda, ella, entera y verdadera, su novia hasta el final.
Luego dijo que estaba muy cansada, que con razón decía la gente que las bodas son una paliza. Volvió a la cama y no se levantó más, pero aún fue capaz de hablar, de sonreír, de cogerle de la mano. Cuando la sedaron, le miró, y él vio una lágrima caer, resbalando despacio sobre su rostro.
Después comenzó a pasar el tiempo, todavía no mucho y ya demasiado. La vida sin ella no se parece a la vida, pero él sabe que habría sido peor si no la hubiera conocido nunca.
(Las personas dignas de amor sobreviven a la muerte en la memoria de quienes las han amado. María José Berrocal vive y vivirá mientras vivamos quienes tuvimos la suerte de tenerla cerca.)

miércoles, 2 de marzo de 2011

El gran panorama de las perspectivas

Uno de los temas de debate mas extendidos en el día de hoy en la red el la próxima limitación de la velocidad máxima en las autovías a 110 km/h. Ni qué decir tiene que las opiniones de los diferentes protagonistas, unas mas razonadas que otras, dependen del "lugar donde me pica".

No he visto ningún programa televisivo en el que se debatía la idoneidad o no de este tipo de medidas (me ha llamado la atención, eso sí, un comentario del señor Gonzalez Pons calificando la medida de soviética, pero me las imagino.

El fondo de la cuestión es claro y todo el mundo está de acuerdo: ahorrar. Para muestra un botón: los 2/3 de nuestro déficit comercial se deben a nuestra factura energética y somos el país de la UE que más petróleo gasta por unidad de PIB. Entonces,¿por qué no nos sentamos y discutimos las diferentes formas de hacerlo?. ¿por qué no se mentaliza a la población de que el ahorro energético es imprescindible? (un apunte: recientemente las principales ciudades españolas han traspasado los límites de contaminación ambiental establecidos por la UE durante muchos dias seguidos, y eso que en ciudades como Valencia, los medidores están sitados en la periferia y cerca de zonas verdes. A eso yo le llamo mentalidad de "homo consumidor y al de fuera, que le den"). ¿Por qué no hablamos de las tremendas repercusiones que puede tener para la economía de este país un barril por encima de los 120 dólares?.

Hoy por hoy, no hay amenaza más tangible que el precio enloquecido del petróleo. El pasado jueves, el barril de brent rozó los 120 dólares, la punta más alta desde el récord de 2008 (que fue de 146 dólares, pero con la economía aún en crecimiento). Según los cálculos del Gobierno, por cada 10 euros de incremento del petróleo la economía española pierde 6.000 millones por la factura energética, que se ceba en los bolsillos familiares (llenar el depósito del coche es hoy entre 11 y 14 euros más caro que hace un año), los balances de las empresas y las cuentas públicas. Y la recuperación, ese aproximadamente 2% que necesita crecer España para crear empleo, se demora más. Por no hablar del "gran satán" de la coyuntura economíca: la estaflacición, inflación con estancamiento
Si las tensiones en Oriente Medio aumentan y el barril de petróleo llega hasta los 150 dólares, la zona euro se situaría al borde de la recesión, .. pero ¿cómo nos iría en España?


Pues no, hablar de estas cosas y de este escenario ni hablar,sería pecar de tremendista, agorero, destructor de la moral y factor depresivo del irracional consumidor y eso no es nada bueno, "a discutir que lo hacemos muy bien".

La visión cortoplacista no permite ver el horizonte que nos acecha: unos recursos energéticos cada día más caros, y como la energía está en la base de nuestra sociedad, cada vez seremos más pobres puesto que seguiremos pagando lo que haga falta por tener las comodidades y los privilegios que hoy dia disfrutamos.

Nuestro país depende casi en un 100% del petróleo y del gas que consume y sus cotizaciones -más allá de los impuestos,alrededor de un 60%- está a merced de la demanda internacional y de ciertos especuladores (que no tienen ningún reparo en arruinar paises con tal de agrandar sus arcas), conjuntamente con la coyuntura política de cada uno de los países productores y no tanto de la mayor o menor rigidez del propio mercado.

Dejemos de fijarnos en los puntos que nos separan y centrémonos en los que nos unen, que no son pocos, y nos irá mucho mejor